Recolección de datos y sus límites

En estas cuestones podemos encontrarnos con los dos límites: las personas que no guardan nada porque están seguros de que en algún sitio estará y aquellas otras que lo guardan todo por si acaso (que nunca se sabe).
En el lado de los que almacenan demasiado uno siempre puede tener miedo de que algunos organismos públicos lo hagan con esmero excesivo (lo que, vistas las últimas noticias sobre la capacidad de espionaje de la NSA casi suena a chiste. Pero tenemos que seguir intentando ser más o menos privados e íntimos, si se me permite la forma de usar los términos).
De estas cosas hablaban en License-plate readers let police collect millions of records on drivers. Se refiere a los lectores automáticos de matrículas (aunque se podrían referir a los sensores bluetooth o de otros tipos que se utilizan en muchas ciudades para darnos indicaciones sobre la fluidez del tráfico y otras cosas así) y, claro: lo que en teoría suena bien, que es cazar infractores (gente que no paga el seguro, vehículos robados, ...) se convierte en un arma de doble filo cuando alguien puede demostrar que estábamos donde no debíamos estar hace ya algún tiempo.
With heightened concern over secret intelligence operations at the National Security Agency, the localized effort to track drivers highlights the extent to which the government has committed to collecting large amounts of data on people who have done nothing wrong.
Porque no sabemos si esos datos se guardan, cómo se guardan, durante cuánto tiempo y quién tiene acceso a ellos.
... how many agencies contribute or have access to the database, how many records the system retains or how long they are kept.
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