Me parece que en el artículo están mezcladas varias cuestiones en una. Para un individuo puede ser mejor o peor en un momento determinado de su carrera estar en una empresa grande o en una startup. Por otra parte, una empresa grande puede ser más o menos eficiente que una pequeña para desarrollar productos y servicios. Y probablemente como consecuencia de lo anterior, para la sociedad en conjunto puede ser preferible que esos productos y servicios los desarollen unas u otras empresas.

El problema fundamental de las empresas "grandes" (no hace falta que lo sean mucho) es precisamente que deja de trabajar con unos intereses comunes y empieza a funcionar como un conglomerado de intereses, a menudo contrapuestos. Eso se carga la eficiencia y tiene también consecuencias para los empleados. Especialmente llamativo es el efecto en gente que desea sinceramente el éxito de la empresa y se encuentra con obstáculos insalvables.

Otra pega que le encuentro a tratarlo todo junto es que las razones por las que una tarea "necesita" una empresa grande no son "leyes naturales", sino consecuencia de un entorno normativo que ha sido modelado según los intereses de las empresas grandes. El ejemplo más claro es cómo las empresas de distribución de contenido impiden que surjan otras empresas más eficientes. No es una cuestión de eficiencia, sino de quién la tiene más grande (influencia política).