2003-01-13

Papeleo, vuelva usted mañana, y caramelos

Desde que nació el niño no he tenido tiempo de leer muchas cosas, que suelen ser la fuente de inspiración para las historias que voy poniendo por aquí. El Pez nos habló el otro día sobre la líbido, y en algún periódico (al que no haré publicidad gratis) leí sobre otra nueva palabra: 'bluyín'. Para mí la RAE, perdió interés con aquello del 'cederrón' así que supongo que estas cosillas siguen en su línea.
Durante el fin de semana nos apenó el fallecimiento del creador de los grandes inventos del TBO, que también comentó Javier Armentia en Adios Al Profesor Franz De Copenhagen. Descanse en paz.

A lo que íbamos: cuando nace un niño hay que 'apuntarlo': registro civil, seguridad social (S.S., me encanta la abreviatura ;) ), IRPF, .... Empiezas en el registro civil y te secuestran el libro de familia por dos días: pasas a ser un 'sinpapeles' cualquiera (por cierto, detectores de metales en la entrada, guardias armados - eso sí, seguridad privada -, no sé a dónde llegaremos). Intentas seguir con la S.S., pero necesitas el libro de familia (recuerden, previamente 'secuestrado'). En todo caso, el funcionario tuvo una habilidad pasmosa para que no me marchase cabreado del todo (uis, ha dicho cabreado):
-¿Tiene ud. la tarjeta amarilla?
-Mmmmm. Me temo que no, ¿para qué sirve?
-Puede que no se la hayan pedido aún para nada, pero le hará falta.
(traducción: llévesela, no sirve para nada, pero igual algún día sirve y le hacen venir de propio).
-Ah vale. ¿Qué tengo que hacer¿
-Se la puedo dar ahora mismo, espere un minuto
titititititit (tecleando datos)
prrrrret prrrrrret prrrrrrrrret (la impresora)
-Aquí la tiene, cuando tenga el libro de familia viene y hacemos lo otro.
-Gracias, adiós.
-Adiós.
No me dirán que no es una jugada maestra: para que no te vayas pensando que no has hecho nada, te colocan un carnet, que no sirve para mucho, pero consuela un poco.

A los suscriptores de bloglet
Estoy sorprendido: ya hay una quincena de personas que se suscribieron al servicio de Bloglet, que permite recibir cómodamente en su casa (jeje) por correo electrónico las historias que van apareciendo por aquí. No va muy bien: no entiende los acentos y otros caracteres de este estilo, y además a veces no se ponen de acuerdo blogalia y bloglet, y ese día no envía nada (lo envía al día siguiente, o al otro, cuando me doy cuenta de que falló). Estoy pensando en enviar los correos yo mismo, pero no estoy muy seguro sobre si eso sería conveniente y les parecería bien.
En todo caso, un aviso: yo (y cualquier responsable de cualquier bitácora a la que se hayan suscrito) puedo ver la dirección de correo de los suscriptores (salvo que especifiquen lo contrario: hay un anónimo). Estoy en condiciones de afirmar que, por mi parte, eso no les supondrá ningún problema: esto es, me comprometo a no utilizar sus direcciones de correo para cosas diferentes de lo del envío de historias. Pero quería avisarles de la posibilidad de cambiar sus opciones en el sistema (en your bloglet profile para que la dirección no sea visible por mí.




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2003-01-13 11:54 | 1 Comentarios | In English, please | En PDF | Para enlazar # |
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Comentarios

1
De: JJ Fecha: 2003-01-14 12:08

Puedes abrir una lista de correo, es lo más cómodo; aunque, como tú dices, lo más mejor sería automatizarlo. Tampoco es tan difícil: un detector cada hora, y si hay algo nuevo, se manda.



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