No hagan caso a los gurús
Ayer leyendo el siempre interesante texto casi diario de Mariano Gistaín, me enteré de que han hecho una entrevista al gurú internetero popular de estos lares: Ramón Buenaventura. Leyéndola me ha dado el pálpito de que este señor es a los interneteros, como un viejo conocido de esta vecindad, Bernabé Tierno, lo es a la psicología moderna. Además coinciden en sitio de publicación.
No voy a comentar mucho sobre la entrevista, porque es mejor que la lean. Al contrario de muchos escribidores habituales suelo pensar que los lectores tienen inteligencia propia, y la usan. En todo caso, ahí va una pincelada:
Dice:
Hoy en día, muchas personas formadas en las universidades, en carreras que exigen dedicación y estudio (mucha lectura) --empresariales, economía, ingenierías diversas, arquitectura, medicina, periodismo-- se consideran cultas, y lo son, según los nuevos baremos, aunque no hayan leído más allá de cinco libros literarios en sus vidas.
Interesante. Leer literatura es ser culto. Leer libros técnicos no tanto. Resulta que la gente que nombra, al menos lee algo. Es más, me consta. El que suele leer, lee de todo.
La cultura.
Antes no se podía ir por el mundo "refinado" sin haber leído los libros que en cada momento se considerasen necesarios, sin conocer la existencia de algún poeta vivo, sin estar más o menos al corriente de lo que privaba en las bellas artes.
También hubo un tiempo en el que no se podía ir por el mundo "refinado" sin estar al día de los últimos avances científicos del momento: hablar de astronomía, matemáticas, física, ...
Pero lo que mas me mosqueó es que, estando de acuerdo con él en que la literatura es buena, saludable y merece todos nuestros esfuerzos, anuncia/proclama/justifica el abandono total de ese mismo esfuerzo en otras cosas:
(Hablando de Linux)
Por maravillosamente fáciles y simpáticas y cariñosonas con el usuario que sean las nuevas distribuciones, en las mismas seguiremos, si falla lo comercial.
Es curioso, si movemos el razonamiento a la literatura (y le tocamos el bolsillo al Sr. Buenaventura), la cosa es similar. Por magnífica, maravillosa, formadora, e interesante que sea la literatura, tiene poco que hacer frente a un apatito que se instaló en nuestras casas, que le das a un botón y empieza a sacar un montón de imágenes que te entretienen (o entretienen a la gente, ya se que mis lectores sólo ven documentales de la 2).
Definitivamente, falla lo comercial.
A mucha gente le gustaría que sólamente viéramos la televisión (una sóla si es posible). Que si nos empeñamos en leer literatura, leyéramos sólo la de una editorial. Con los periódicos igual. Sin embargo, hay gente contínuamente (incluso leyes) tratando de impedir eso (por lo menos en apariencia).
Cuando tocamos el tema informático, la cosa cambia: todos iguales; no discutiré sobre bondades técnicas, amistosidad, ni nada similar.
Homer Simpson lo decía:
Si elegimos a los políticos es para no tener que pensar todo el tiempo.
A algunos les gustaría elegir un político una vez, y no tener que pensar nunca más (ni siquiera para elegirles).
Pero la frase se puede extender: es muy peligroso dejar de pensar en cualquier faceta de la vida. Una vez que dejas de hacerlo, es muy difícil volver a empezar.
Quiero pensar que este señor en el marco de una entrevista amistosa se ha dejado llevar por las palabras, pero no es la primera vez que vemos este tipo de posturas (¿recuerdan aquél desgraciado editorial en El País?.
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