El estado de la cosa
Mi lectura pasó de la euforia a la decepción final. Me explico: los autores comienzan hablando de la red, de los contenidos digitales, de la prensa aportando datos interesantes (no se lo pierdan, según un estudio de Deloitte & Touche, sólo el 26% de los periodistas de los periodistas jóvenes -menores de 30 años- consideran Internet imprescindible para su trabajo. Entre los mayores las cifras son más 'serias': entre los 30 y 40 años, el 90% la consideran imprescindible).
Luego dicen:
Por primera vez en la historia de la comunicación, y gracias a internet, las fuentes de información están al alcance del público sin intermediarios profesionales. El periodista ya no es imprescindible, el sistema puede funcionar sin su participación directa.
Luego,
Por su parte, los redactores jefe vigilan desde sus "Favoritos" si la crónica del corresponsal se ajusta, no ya a lo que la competencia ha colgado en internet, sino a lo que relatan los internautas anónimos en los weblog, realizados desde el lugar de los hechos, o lo confidenciales.
Más adelante habla de hábitos de lectura, publicidad, los confidenciales, los diarios gratuitos, y entra en lo de los weblogs. Allí se produce el desastre. Sólo copio un trocito:
Son servicios como los que ofrecen Blogger, Movabletype, Pytas o Dypop que permiten a cualquier internauta crear un weblog.
(aparte de los 'typos', está claro que no saben qué es cada uno de estos servicios, por supuesto, sin enlaces, no vaya a ser que alguien que no los conozca, se le ocurra visitarlos). No copio más fallos, está lleno y parece que no comprenden muy bien el fenómeno. Es curioso que con lo acertada que parece la primera parte, al final se equivoquen tanto....
Por cierto, es Blogger (ahora mismo caido), Movable Type, Pitas.com y Daypop. Ya podían haber nombrado alguno hispano.
Luego ya divagan sobre acontecimientos y 'weblogs' (11-S, guerra de Irak; pierden la ocasión de nombrar lo Prestige, que se trata de un desastre cercano y tuvo sus propias implicaciones en la blogosfera hispana).
Una pena, una auténtica pena. Aunque parece que algo está cambiando, el sólo hecho de nombrar a las bitácoras ya es un punto a favor.
Hace un año
Midiendo la blogosfera.
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