Todos tenemos más o menos claro que a la gente nos está costando lo del euro. En estos días en los medios ha habido algún mensaje tranquilizador explicando que es normal y todo eso, pero el desasosiego es más o menos generalizado. Hoy he tenido mi demostración: estaba en el híper, la cajera me dice lo que cuesta el asunto, y yo saco la cartera para pagar; luego el monedero para las monedas. El caso es que la cajera no me ha dado tiempo ni a mirarlas, ha cogido las que necesitaba y se ha cobrado. La manera de actuar no me ha parecido muy cortés, pero más allá de esa anécdota, me ha hecho pensar sobre las dichosas moneditas: la gente debe andar muy mal para que a la cajera, automáticamente, se le vaya la mano a las monedas para facilitar la tarea de los sufridos compradores.

Puedes enterarte de las notas nuevas en: @reflexioneseir (Twitter), Reflexiones e Irreflexiones (Página de Facebook), Reflexiones e Irreflexiones (Canal de Telegram), fernand0 (en LinkedIn), @fernand0 (en Medium), Mastodon.